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POR: Luz María Velázquez 21 / 05 / 2012
En los últimos años, la empresa se ha constituido en una institución social muy importante porque lo que una empresa haga o deje de hacer afecta directamente la vida de sus empleados, clientes y de la comunidad adyacente. Las empresas que buscan cumplir con su responsabilidad social enfrentan decisiones como la distribución de sus recursos, la reinversión de las utilidades, la participación en la comunidad, etcétera, lo que requiere una visión muy clara del rol de la empresa en la sociedad.

La mayoría de las investigaciones que se han hecho sobre el tema de la responsabilidad social tiene como objeto de estudio las grandes organizaciones; hay muy poca información respecto a las micro y pequeñas empresas. Es por ello el interés particular de las autoras de realizar esta investigación que tiene la finalidad de describir las acciones de respuesta social de las micro y pequeñas empresas en la ciudad de Monterrey, Nuevo León a través de un estudio de campo con aplicación de encuestas. Asimismo, busca dar a conocer el compromiso que tienen dichas empresas con la sociedad.

Revisión de la literatura

Tener el concepto de responsabilidad social es sólo un paso preliminar hacia la efectividad social de la empresa. Es importante, sin embargo, porque es el valor que da a los empresarios una base sólida para la acción social. Así mismo, es la filosofía que justifica la participación empresarial en la comunidad, pero la filosofía por sí sola es incompleta. Debe ser seguida por la acción social efectiva. Por lo tanto, es preciso tener en cuenta respuestas sociales al hablar de responsabilidad social.

De acuerdo con lo que menciona Carroll (1999: 1), el concepto de responsabilidad social corporativa ha tenido una larga historia. Sin embargo, es en los últimos 50 años que se ha documentado formalmente este tema, a través de investigaciones que han enfocado en su mayoría a países desarrollados. Es por ello que esta investigación, en parte, llena espacios que no han sido estudiados y tampoco investigados.

Otro punto de vista plantea que la responsabilidad social significa tratar de responder a las expectativas de la comunidad para ayudar a crear una mejor sociedad. De acuerdo con Thomas Donaldson, las empresas y la sociedad han escrito un Contrato Social, donde cada parte tiene derechos, así como obligaciones con la otra parte (Madsen, 1990: 271).

Por supuesto, no todas las personas interesadas en la responsabilidad social estarán de acuerdo en que existe una obligación moral por parte de las empresas de gastar recursos para ayudar a resolver problemas sociales. En su artículo clásico, “La responsabilidad social de las empresas es incrementar sus utilidades”, Milton Friedman establece que la solución de los problemas sociales es tarea del gobierno, de tal manera que los gerentes que gastan dinero en actividades sociales actúan irresponsablemente (Madsen, 1990: 272).

Lo anterior no significa que las utilidades no son importantes. “Las utilidades son para los negocios lo que es el oxígeno para los seres humanos”, afirma Andrés Marcelo Sada, ex – director de Celulosa y Derivados (CYDSA), importante empresa mexicana. Una empresa no puede existir si no genera utilidades, pero ésta no es la única razón de su existencia. Para el desarrollo y crecimiento de las comunidades, hoy en día se requiere no sólo la actividad gubernamental sino también una mayor participación de los ciudadanos y los grupos sociales, entre éstos, las empresas.

Descripción de la metodología

A partir de los objetivos de la investigación se definieron los aspectos que permitirían recabar la información deseada y, con base en ellas, se elaboró la encuesta. La encuesta estuvo constituida por 20 preguntas cerradas que hacen referencia a acciones de respuesta social.

Para establecer la muestra de este estudio se consideró la definición de las micro y pequeñas empresas de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial (SECOFI), donde las microempresas están formadas por una población de 0 a 15 empleados, y una pequeña empresa, de 16 a 100 empleados. La muestra se obtuvo de una selección aleatoria de la lista de empresas registradas en la Cámara Nacional de Comercio (CANACO) de la ciudad de Monterrey. En total se encuentran registradas 3,473 micro empresas y 358 pequeñas empresas. La muestra se constituyó por 453 microempresas y 47 pequeñas empresas.

Para la aplicación de las encuestas participaron estudiantes de los grupos de la clase Valores para el ejercicio profesional (que se imparte en el nivel de licenciatura) de los maestros Ing. Enrique Asín, Lic. Luz María Velázquez y Lic. Miriam Molinar, del Tec de Monterey, Campus Monterrey durante el semestre enero-mayo de 1999. El total de encuestas contestadas fue de 286. Las razones por las que algunas empresas no fueron encuestadas son las siguientes: domicilio equivocado, la empresa cambió de dueño y giro, no existe la empresa, la empresa había cerrado, la persona encargada se rehusó a contestar, los encuestadores fueron confundidos con espías de la competencia y no se les quiso atender, o los encargados del establecimiento no tenían tiempo para contestarles.

Factores considerados en el análisis

Las acciones que se consideraron como respuesta social son las siguientes:

1. Reciclar desperdicios.
2. Mantener buena relación con los vecinos.
3. Fomentar el potencial creativo en el empleado.
4. Realizar negociaciones justas con clientes y proveedores.
5. Ayudar a los empleados para desarrollarse dentro de su actividad.
6. Dar apoyo económico a asociaciones de beneficencia.
7. Definir el objetivo que persigue la empresa.
8. Generar productos y servicios satisfactorios para los clientes.
9. Pagar puntualmente a los proveedores.
10. Contratar a mujeres casadas y/o con hijos.
11. Cuidar el agua.
12. Promover la capacitación.
13. Tener medios de transporte de la empresa no contaminantes.
14. Apoyar a los empleados para la práctica del deporte.
15. Pagar sueldos y salarios que permitan una buena calidad de vida.
16. Cumplir con los requerimientos legales en cuanto al personal.
17. Preocuparse por el desarrollo de su comunidad.
18. Dar importancia al servicio al cliente y ofrecer productos de calidad.
19. Respetar las horas de trabajo de los empleados.
20. Apoyar a su comunidad en catástrofes.

Este listado no pretende ser exhaustivo, sino solamente aportar una base para considerar las acciones de respuesta social primordiales que pueden llevar a cabo las empresas de cualquier tamaño. Los indicadores se justifican ya que se sustentan en valores como la solidaridad comunitaria, el aprecio del medio ambiente, el respeto a los derechos humanos y el cumplimiento de las obligaciones, entre otros, para el desarrollo y crecimiento de la empresa y su comunidad a través de la responsabilidad social.

Resultados y conclusiones

La responsabilidad social de las micro y pequeñas empresas se presenta a través de acciones que no son extraordinarias, ni promueven necesariamente la imagen y el reconocimiento de la empresa. Tienen, sin embargo, un efecto positivo en la sociedad, como se puede apreciar en los resultados de la investigación; un ejemplo de ello es el cuidado y buen uso del agua como una acción de respuesta social a una problemática de la comunidad.

En general, los resultados muestran que las micro y pequeñas empresas sí manifiestan compromiso con la sociedad que rebasa las exigencias de la ley. En algunas de sus actividades las empresas logran satisfacer demandas de la sociedad a través de acciones de respuesta social. Hay áreas, sin embargo, en donde los resultados son mixtos o pocas empresas llevan a cabo acciones asociadas con los indicadores ya mencionados.

A continuación se revisan la estadística de algunas de las acciones de respuesta social:

* Clientes

Resalta el hecho de que el 92.6% de las empresas consideran que sí satisfacen las expectativas de servicio y de calidad de sus clientes. En concordancia con lo anterior, el 94.4% de las empresas aseguran tener como centro de sus actividades al cliente y la satisfacción del mismo.
En cuanto a los objetivos de la empresa, el 44.7% de las empresas ven la obtención de utilidades como el fin primordial de actividades de la empresa.
* Empleados

El 61.2% de las empresas encuestadas dijeron que siempre o casi siempre dan a sus empleados la oportunidad de capacitarse. Otro indicador del compromiso de la empresa con los empleados es pagar un sueldo que permita a los empleados tener una buena calidad de vida. El 89.5 % sí cumple con los requerimientos legales en cuanto al personal de la empresa. Es notable que el 84.9% de las empresas consideran que sí respetan el horario de trabajo de sus empleados. Sin embargo, respecto a la no-discriminación en la contratación de los empleados, el 38.5% de las empresas participantes afirmó que no contrata a mujeres casadas y/o con hijos.

* Proveedores

El 90.6% consideran llevar a cabo negociaciones justas que favorecen a ambas partes.

* Comunidad

El 89.2% de las empresas manifestaron llevar siempre o casi siempre una buena relación con sus vecinos. Sin embargo, el 49% de las empresas nunca o pocas veces ayudan a las instituciones de beneficencia, no obstante haber manifestado el 67.5% de las empresas que siempre o casi siempre están interesadas por lo que sucede en su comunidad. Lo anterior se ve reforzado por el hecho de que el 38.8% de las empresas nunca o pocas veces han ayudado en catástrofes naturales que hayan afectado a su comunidad.

Otro indicador del poco compromiso que tienen las empresas con la cultura de la salud y bienestar, es el hecho de que 61.6% nunca o muy pocas veces apoyan la práctica del deporte, por sus empleados con aportaciones económicas.

* Medio ambiente

Casi el 40% de las empresas (39.2%) no reciclan sus desperdicios, lo cual es un indicador de que falta una cultura ecológica en nuestro país. Además, el 34.6% de los encuestados consideran que los medios de transporte utilizados por la empresa siempre o casi siempre contaminan al medio ambiente. Por otra parte, el 86.7% de las empresas sí cuidan el agua y no la desperdician.

En resumen, se puede observar que predominan las acciones que se realizan en favor de la comunidad y como apoyo a la misma y, por supuesto, lo que hacen por la misma empresa y por sus empleados.

El mundo presenta cambios importantes y, al considerar las tendencias sociales, económicas y políticas actuales, parece claro que todos los que participan en los sistemas sociales y productivos deben estar conscientes de que hay una necesidad de hacer algo por los demás. Pudiera ser que la moda sea hacer algo por la comunidad, dado que se cree que da una buena imagen a la empresa y, por lo tanto, trae beneficios; sin embargo, las acciones sociales van más allá de un simple requisito mercadotécnico o buena estrategia de negocios. Tienen que ver con la superviviencia y bienestar de los sistemas sociales en que existen las empresas y, por lo tanto, con la continuidad de éstas. Se ve claramente que las empresas están tomando conciencia de lo que se debe hacer y tal vez lo que falta es mayor orientación y promoción de las ventajas de hacer el bien a la comunidad así como las desventajas de no hacerlo; y la promoción de nuevas leyes para que acciones concretas se realicen. Es importante considerar que la economía mexicana está sostenida por pequeños y medianos empresarios y se necesita de ellos acciones concretas que den una respuesta social.
Bibliografía

Carroll, Archie. Corporate Social Responsibility. Business and Society. USA: Chicago, 1999. p. 1 – 2.
Green, R. The Ethical Manager. New York: Macmillan College Publishing Company, 1994. p. 161.
Madsen, P. Shafritz, J. Essentials of Business Ethics. U.S.A.: Meridian Books, 1990. p. 271- 272.
Salomon, R. The New World of Business: Ethics and Free Enterprise in the Global Nineties. Maryland: Littlefield Adams Quality Paperback, 1994. p. 61.
Zagal, Héctor. “La ética es cuestionada teórica y prácticamente”. Expansión. México,
D. F., 1998. p. 1.

Luz María Velázquez obtuvo la Maestría en Administración en 1992 y la Maestría en Comunicación en 1997, ambas del Tec de Monterrey, Campus Monterrey. Actualmente es profesora del Centro de Valores Eticos.

Miriam Molinar obtuvo la Maestría en Administración del Tec de Monterrey, Campus Monterrey en 1992. Actualmente es profesora del Centro de Valores Eticos.

Las autoras agradecen la participación de la Lic. Daniela Vidal en el análisis de los resultados así como la asesoría del Dr. Carlos H. García durante la elaboración de esta investigación.