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En las familias cuando uno de sus miembros enferma, pueden ocurrir varias cosas, la primera alternativa es que los papás intentan en medio de sus posibilidades resolver el problema, si la enfermedad es leve como un resfrío o un cólico estomacal, haciendo uso de la “automedicación”, pues con los clásicos medicamentos que suelen haber en casa, se resolverá rápidamente. Pero qué pasa si van transcurriendo los días, y el miembro de la familia no se recupera, sigue decaído, los medicamentos habituales ya no bajan la fiebre, ¿qué debo hacer? La respuesta cae por si sola, ir al médico.

Esta situación nos hizo ver que la Empresa Familiar suele ser tratada como un miembro más de la familia. Qué pasa cuando se enferma, qué pasa cuando se presenta un problema; pues sucederá exactamente lo mismo, primero se intentará resolver la dificultad con lo habitual o con lo que se tiene a mano, pero si la enfermedad no cede ¿Qué suelo hacer yo cómo líder de la empresa? ¿Qué hago con este miembro de la familia que ha caído en enfermedad? ¿Existe un médico que pueda ayudarme?  

Lo ideal al igual que con una persona, es recurrir al especialista, si el daño está en marketing, pues alguien que tenga esa experiencia y conocimiento, si la contabilidad no camina o se ven situaciones extrañas, pues un auditor puede ser de gran ayuda, si las operaciones en una planta o fábrica no son las adecuadas, pues vendrá un ingeniero.

Ya sea como asesor o como parte de la empresa, siempre es importante contar con una persona que tenga el conocimiento y la experiencia para resolver el problema. Las Empresas Familiares cuando van creciendo necesitan estos conocimientos, necesitan de esta experiencia que les permita resolver sus inconvenientes de manera profesional y efectiva.

Si la dificultad está en los conflictos que genera la relación empresa – familia, pues buscaré alguna persona que me ayude a gestionar los conflictos como mediador, o si deseo prevenirlos a través de la elaboración de un protocolo o plan de sucesión, ayudará a establecer reglas claras para llevarnos mejor, dependiendo de cada caso. Lo importante es actuar para que la enfermedad que la aqueja no avance, ya que es más fácil curar una gripe que una neumonía, los problemas tienden a agravarse, evitemos crisis, actuemos a tiempo.

Con información de Gestión