Los conflictos tienen forma y fondo,
El 90% es forma y el 10% es fondo,
Los conflictos se resuelven con el fondo y no con la forma.
En el artículo anterior, comentamos acerca de los conflictos en las empresas familiares. Hoy les quiero compartir una herramienta muy sencilla para manejo de conflictos. En las empresas, como en la vida diaria, tenemos conflictos por diversidad de opiniones, percepciones, valores, antecedentes y formación entre otros. De tal manera que en las relaciones diarias es mucho más fácil tener conflictos que no tenerlos. Tomando esto como base, debemos de estar preparados para manejar conflictos. Los conflictos no debe evadirse, sino manejarse. El objetivo final de un conflicto es solventarlo y seguir adelante. Cuando yo tengo un conflicto con alguien más, mi objetivo no debe de ser “ganar” y que el otro “pierda”. Mi objetivo es seguir adelante.
Si quieres revisar un marco general de conflictos familiares, consulta este artículo:
Lo primero será llegar al fondo del conflicto. Los conflictos tienen fondo y forma. El fondo tiene que ver con la razón por la que se genera el conflicto y la forma con la manera en la que el conflicto se manifiesta. La mayor parte de las veces discutimos y argumentamos acerca de la forma y no del fondo. A veces solucionamos la forma, pero no el fondo y esto hace que de manera natural, el conflicto vuelva a surgir.
Por lo tanto la forma simple de solventar un conflicto será poniendo en la mesa el fondo y quitar de ella la forma. Simple, pero no sencillo. Les comparto algunas preguntas de guía para poder llegar al fondo y quitar la forma.
Lo primero es cuestionarse si la diferencia nace de un valor, necesidad, interés o deseo. A partir de aquí, el tema sería auto cuestionarse: ¿por qué deseo esto? ¿Cuál es el interés que hay detrás de este deseo? Es importante explorar si hay uno o más intereses detrás de un deseo. Una vez que tengo claro cuál es mi interés, entonces pasaré al plano de mi necesidad. ¿Qué necesidad está detrás de este interés? ¿Qué es lo que de fondo necesito que suceda? La necesidad, me genera un interés y el interés un deseo.
Finalmente, debo de identificar cuál es el valor personal en el que sustento esta o estás necesidades. Entonces si, una vez que tenemos identificados los valores que sustentan las necesidades, que sustentan los intereses que generan los deseos; estaremos en posición de solventar el conflicto.
Pero… ¿qué tiene todo esto que ver con el manejar un conflicto con un empleado que es familiar del dueño o de alguno de los accionistas? Seguramente alguna vez te ha tocado escuchar algunos argumentos como: Me tienes que hacer caso porque soy hijo del dueño, o esposo de la dueña o sobrino del director. Pero… al final de cuentas, la condición familiar que tiene la persona acaba siendo algo superficial, es forma, más no fondo. La pregunta crucial es ¿Qué es lo que hay en el fondo que hace que la persona argumente esto para lograr su cometido?
Es claro que la condición familiar no es un argumento para hacer o dejar de hacer algo. Aún que en la práctica, así suceda. El tomar o no tomar una acción o decisión (en la empresa), tendría que ver con la lógica de negocios, objetivos, políticas, procesos o procedimientos; más que con si el individuo es familiar de algún accionista. Muchas veces, en el fondo, el comportamiento es porque dicho individuo percibe que el familiar accionista no le da su lugar en la empresa, o no lo ha dotado de la suficiente responsabilidad, percibe que hay favoritismo para alguien más. Por lo tanto, podríamos estar tratando con un valor de autoestima, responsabilidad o madurez.
Si bien en relaciones de empleados familiares con empleados no familiares, la mayoría de las veces no es fácil argumentar en contra de estas posiciones, es importante entender el fondo de las mismas para facilitar la fluidez de las acciones y solventar los conflictos.
Por supuesto que la gran mayoría de estos conflictos se solucionan si existe un protocolo familiar y la empresa está institucionalizada.
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